miércoles, 8 de diciembre de 2010

Entrevista: Delmi Álvarez

Fotoperiodista, autor de proyectos de fotografía documentalista y fundador del Seminario de Fotoperiodismo galego (SGF)


Delmi Álvarez (Vigo, 1958) es un fotoperiodista gallego que en 1989 inició su proyecto Galegos na Diáspora que pretende seguir el rastro de muchos de los emigrantes gallegos repartidos por todo el mundo. Actualmente trabaja en otro proyecto sobre el Camiño de Santiago junto a cinco fotógrafos gallegos y un danés. También colabora con la Televisión de Galicia en un documental sobre su proyecto de la diáspora.

¿Que te lleva a iniciar el proyecto de la Diáspora?
Galegos na Diáspora es una consecución de motivos; una emigración propia, de tener familia en la emigración, quizá al principio no tenía muy claro lo que quería, pero a los 17 años ya estaba viajando a Alemania, con lo puesto, y desde el momento en que descubrí como era la vida de mis tíos y amigos fuera de Galicia, entendí que había que hacer algo. Los proyectos documentalistas a largo plazo nunca se saben cuando los vas a acabar. El proyecto es un punto de vista más de un emigrante fotógrafo, nómada, universal y ciudadano de cualquier barrio del mundo.
Un proyecto que se prolongó 16 años, ¿como se mantiene el ritmo y el interés?
Quizá ha sido una suma de inquietudes, el de conocer de cerca la emigración, también los cambios políticos que hubo en Galicia, que recomendaban a emigrar. Después de el primer viaje por Europa en bus y tren, el segundo por las Américas vino casi sin pensarlo. Ahorré todo lo que pude y viajé con lo mínimo y las dos cámaras.
Has documentado la emigración gallega. Ahora hemos pasado de ser un país emisor a ser receptores. Las circunstancias y los modos han cambiado, pero hay algún paralelismo entre aquella situación y la actual?
Bueno siento decirte que todavía seguimos siendo un país que emite migración. Ahí tienes la gente que sale de las facultades y no tiene donde meterse. Por supuesto que ahora tenemos más conciencia de que dejar que se nos vayan del país así como así, empieza a preocupar a muchos, pero lo llevamos en la sangre. Somos un pueblo incondicional, con nuestra idiosincrasia y seguiremos cruzando el telón de grelos por siglos. También hemos aprendido de que hay que ser receptores de aquellos que buscan una nueva vida.

Hay muchos casos, y mejor preguntarle a ellos, pero creo que en Galicia, de momento, todavía no están padeciendo lo que padecen en el sur o en el este de España, donde las masificación de emigrantes es numerosa, con muchísimos problemas, que deben ser resueltos desde la propia Constitución española. Emigrar es sinónimo de cambio, de búsqueda. La emigración, los pueblos migratorios existen desde el comienzo de la Humanidad, y los métodos de migración son iguales o peores que entonces. Emigrar no significa dejar tu país, tu familia, el todo que te rodea, tu cultura e irte a otro lugar donde te van a reconocer tus derechos.
Desgraciadamente no es así. Cuando alguien llega desde lejos, necesita ante todo comprensión, atención y respeto. Poco a poco podrá existir una integración pero al principio las circunstancias de adaptación a ese nuevo sistema son terriblemente demoledoras. Yo creo que sigue existiendo un paralelismo actualmente. No pienso en mí, ya pienso en aquellos que mucho peor que yo no tienen un lugar donde dormir, un plato de comida, unos amigos, un entorno de cariño. Sin eso el individuo llega a perder su dignidad, y por ello debemos ayudar.

Fuente: Caborian.com

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